Ser público y democrático

¿Es posible definirse con "fin público" y no ser democrático?

Quizás lo primero sería preguntarse que es lo que se entiende por democracia, ya que para algunos lo democrático es poder votar cada cierto tiempo para elegir entre personas que son propuestas por ciertos grupos. Puedo entender que eso es algo más democrático que una dictadura y trato de comprender de que para muchos eso signifique demasiado y aún exista temor a perder lo que poco que se tiene, sobre todo considerando que nunca se han enjuiciado a los cómplices civiles de los crímenes militares y muchos de esos cómplices mantienen parcelas de poder y toman decisiones.
Aún aceptando eso y que el "mayor acto republicano" sea votar, no es aceptable que en instituciones de fin público no se respete el derecho de que todos sus miembros puedan participar de esta democracia representativa. Una república se construye de sus diferentes partes, de sus diferentes instituciones y que cada una de ellas respete principios democráticos, de participación y de igualdad de derechos que les permitan a sus integrantes el pleno desarrollo.
Entre estas instituciones, las Universidad han sido y serán pilar fundamental para las sociedades modernas, brindando sustento y perspectiva en cuanto a la forma y fondo que deben tener las políticas de desarrollo...o al menos eso es lo que se espera.

Nuestra realidad (Chile) dista mucho de eso, las universidades fueron intensamente intervenidas en sus estructuras orgánicas durante la dictadura y las nuevas universidades privadas surgieron con objetivos diferentes a lo meramente académico, con autoridades delegadas y controladores que responden al devenir económico por sobre las necesidades regionales o nacionales, en cuanto a calidad y cantidad de profesionales.
En particular, la Universidad de Concepción de define con carácter público y eso no lo podemos negar en cuanto a que la corporación no tiene un dueño, debiera ser pertenencia de la comunidad y ha contribuido por años al desarrollo nacional con profesionales de calidad técnica y compromiso humano. Sin embargo, las sociedades avanzan y el tiempo determina que el hacer y el control de "lo público" no se restringe tan solo a la buena voluntad de directivos u "hombres sabios", no porque no podamos confiar en esa voluntad, si no porque el ser humano aislado de su entorno o rodeado de una cofradía confunde esa voluntad con mesianismo.
Si bien lo primero es otorgar el derecho a voto a todos los miembros de la comunidad universitaria (ahora ya no existen trabas legales), esto no basta para constituir una universidad democrática que "piense" orgánicamente y lidere iniciativas que apunten al desarrollo sustentable de la comunidad regional y nacional.
Para lograr eso es necesario que los gobiernos universitarios sean colectivos, horizontales, sin verticalismos que cultiven el clientelismo ni temores asociados al mal uso del poder. Es decir, quitarle poder al individualismo para construir en base a lo colectivo, como un sistema autónomo y orgánico que sea capaz de adaptarse y evolucionar de la mano de las necesidades de la sociedad a la cual se debe.



Comentarios

Andreas Polyméris ha dicho que…
Estoy de acuerdo con tus declaraciones de principios. Pero de poco sirven hoy en nuestra UdeC. Ya quedó demostrado ---primera lección--- que la democracia restringida que tenemos, sin más, no permite avanzar. Pero al menos los estudiantes también han logrado dejar claro que, aún si la mencionada democracia no los quiere, igual son capaces de hacerse respetar. Así que ---segunda lección--- conviene olvidar las limitadas posibilidades que nos ofrece la institución, para por fin abrirnos a crear otras. Y las hay.

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