Creando el caos ayer y hoy
Una de las cosas ventajosas que le estoy viendo (en la actual coyuntura pre-revolucionaria) al sistema capitalista ultra neoliberal chileno es que cuando los neoliberales quieren sembrar algún tipo de caos social para aleonar a civiles y militares contra el régimen constitucional, no pueden echar mano a lo que usaron hace 42-43 años para generar desabastecimiento, colas y descontento. No pueden porque el monstruo que crearon tiene varias cabezas y no responde a un funcionamiento orgánico, si no que cada cerebrito (grupo económico) busca su propio bienestar (como robar más plata) sin importarle el resto, eliminando competencia y cuanto pequeño "emprendedor" se ponga por delante.
No es tan fácil hoy en día decirle al almacenero (piense en Don Genaro) que no venda los productos, que los guarde mientras le pasamos unas luquitas por debajo o sobornar al camionero para que no mueva la mercadería. A Falabella y Ripley les importa bien poco quien está gobernando y si se acaba o no la educación subvencionada...la caja sigue llena y se vislumbran mejores ventas en el horizonte. El Jumbo y Almacenes Paris ya han lanzado sendas campañas de Navidad y Año Nuevo, viene el verano, los uniformes, útiles escolares y el stock de Semana Santa ya lo tienen encargado a los proveedores; porque este chileno neoliberal, que ellos mismos crearon, no se anda con chicas a la hora de endeudarse.
Entonces, no queda otra que pedir la vuelta de mano de los favores de campaña (caso Penta...ya se le olvidó?) y usar a parlamentarios que, tratando de hacer algo que parece ser política, despotrican histéricamente contra el gobierno, la presidenta, la retroexcavadora, los comeguaguas y cuanta cosa huela a reformismo. Para qué decir del tinglado de la Confepa y el esfuerzo de disfrazar la cooptación por rebelión, insertos en los diarios y manipulación de la prensa mediante.
Por mientras, la gente (o el pueblo, como diría el Chicho) sigue manifestando su legítimo descontento contra el sistema educativo, las isapres, la salud, las pensiones, falta de libertades (libertades de verdad, no esa falacia de la libertad de elegir el colegio o el mall) y represión contra la gente humilde, tal como lo hicieron el 2006 o el 2011.
Ese panorama no ha cambiado ni un sólo ápice, sólo se ha profundizado y, ante un atisbo de reformismo (leve y timorato), surge esta elaboración de caos mediático que busca desesperadamente que la Sra. salga con la cacerola a vociferar por providencia....pero ya no es tan fácil, o al menos eso creo.
No es tan fácil hoy en día decirle al almacenero (piense en Don Genaro) que no venda los productos, que los guarde mientras le pasamos unas luquitas por debajo o sobornar al camionero para que no mueva la mercadería. A Falabella y Ripley les importa bien poco quien está gobernando y si se acaba o no la educación subvencionada...la caja sigue llena y se vislumbran mejores ventas en el horizonte. El Jumbo y Almacenes Paris ya han lanzado sendas campañas de Navidad y Año Nuevo, viene el verano, los uniformes, útiles escolares y el stock de Semana Santa ya lo tienen encargado a los proveedores; porque este chileno neoliberal, que ellos mismos crearon, no se anda con chicas a la hora de endeudarse.
Entonces, no queda otra que pedir la vuelta de mano de los favores de campaña (caso Penta...ya se le olvidó?) y usar a parlamentarios que, tratando de hacer algo que parece ser política, despotrican histéricamente contra el gobierno, la presidenta, la retroexcavadora, los comeguaguas y cuanta cosa huela a reformismo. Para qué decir del tinglado de la Confepa y el esfuerzo de disfrazar la cooptación por rebelión, insertos en los diarios y manipulación de la prensa mediante.
Por mientras, la gente (o el pueblo, como diría el Chicho) sigue manifestando su legítimo descontento contra el sistema educativo, las isapres, la salud, las pensiones, falta de libertades (libertades de verdad, no esa falacia de la libertad de elegir el colegio o el mall) y represión contra la gente humilde, tal como lo hicieron el 2006 o el 2011.
Ese panorama no ha cambiado ni un sólo ápice, sólo se ha profundizado y, ante un atisbo de reformismo (leve y timorato), surge esta elaboración de caos mediático que busca desesperadamente que la Sra. salga con la cacerola a vociferar por providencia....pero ya no es tan fácil, o al menos eso creo.
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