La Universidad como factor de transformación social
El ex
Vicerrector de la Universidad de Concepción, Galo Gómez, señaló en 1972 la
necesidad de “hacer realidad el binomio Universidad-Pueblo”…“para que la Universidad
esté realmente al servicio de los grandes intereses de Chile”. Estas palabras
se entrelazan con el espíritu fundacional de esta corporación que pertenece a
la comunidad penquista y cuyo propósito es impulsar el desarrollo de la industria
regional, sin olvidar el bienestar de los trabajadores y sus familias como eje
central del desarrollo, promoviendo el progreso social y cultural, además de la
descentralización. Sin embargo la necesidad de autofinanciamiento universitario,
en el marco de un sistema educativo que privilegia la rentabilidad económica
por sobre las necesidades del conocimiento, obliga a las universidades a la vinculación
Universidad-Empresa-Gobierno. Si bien este enfoque no puede ser prejuiciado a priori, si puede ser discutible al considerar
que la dependencia a los intereses empresariales (que difieren de los intereses
de la gente) pone en riesgo la autonomía en el diseño de políticas
universitarias académicas y de investigación. Por otro lado la falta de
representación popular en la clase política chilena, hace urgente que
instituciones relevantes en la estructura social, como las universidades,
asuman un rol protagónico diseñando estrategias en conjunto con estudiantes,
trabajadore(a)s y pensionado(a)s. De esta manera, utilizando la capacidad
intelectual y de gestión de académicos y académicas en pos de concretar los anhelos
del pueblo chileno en su conjunto, será posible que las universidades se
conviertan en un factor de transformación social y no en garantes de las
desigualdades sociales.
Columna publicada en el Diario de Concepción (6 de Febrero de 2012)
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